Transportes
La actividad industrial en la zona de Quirós se remonta a la década de 1860, con el establecimiento de la empresa Fundiciones y Minas de Santander y Quirós, que comenzó a explotar varios yacimientos de hierro y carbón y puso en marcha una planta siderúrgica en Bárzana. Las dificultades de transporte eran evidentes y trataron de solucionarse, primero, con una construcción de una carretera.
Ese camino no fue una solución adecuada y finalmente se optó por tender un ferrocarril entre las minas de Santa Marina y los altos hornos de Bárzana que, descendiendo paralelo al río, alcanzase Trubia. Allí se estableció una fundición en Quintana y el enlace con la Compañía del Norte que facilitaba una salida eficaz a sus productos. La línea entró en servicio en 1884 y fue la primera en España que utilizó el ancho de vía de 750 milímetros, que permitía mayor capacidad de transporte conjugada con una economía en su construcción.
La obra, proyectada por el ingeniero J. Thiebaut, comprendía un trazado de casi 30 kilómetros, una gran envergadura para un ferrocarril minero. En su itinerario atravesaba tres puentes sobre el río Trubia y una docena de túneles, de entre los que destacan los perforados en el desfiladero de Peñas Juntas, un paisaje de singular belleza.
El ferrocarril pasó después a manos de Fábrica de Mieres y, desde principios del siglo XX, el tramo de Perihuela a Trubia fue de uso compartido entre esa empresa y Minas de Teverga, que tendió un ramal hasta sus instalaciones de Entrago.
La línea estuvo en funcionamiento hasta 1963, cuando fue clausurada y desmantelada. En la década de 1990 fue reacondicionada en su mayor parte como vía verde bajo la denominación de Senda del Oso. El título, aunque es atractivo y permite acercarse a su recorrido, obvia su pasado ferroviario e industrial.
Interior Túneles de Peñas Juntas
Tolva de El Cribu (1884)
Tramo del Ferrocarril – Senda del Oso
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