Pozo Samuño

Minería

Pozo Samuño

Valle de Samuño, Langreo

La Sociedad Carbones Asturianos, creada en 1890 en Bilbao, beneficiaba unas concesiones en el valle de Samuño, que conocerían un impulso definitivo gracias al ramal Sama- Samuño del Ferrocarril de Langreo, que permitía expedir el carbón directamente hacia el puerto de Gijón.

En 1907 el popular empresario vasco Horacio Echevarrieta adquirió estos cotos, que, a su vez, a partir de 1923 quedaron bajo el control de Catalana de Gas y Electricidad, cuyo negocio se basaba en la utilización de la hulla para la fabricación de gas de alumbrado y luego para la generación de energía eléctrica. En consonancia, el domicilio social de la mina asturiana cambió a Barcelona, donde estuvo hasta su integración en HUNOSA en 1967.

Hasta la autarquía, la concesión se beneficiaba mediante minas de montaña, configurando un paisaje muy similar al retratado por los fotógrafos Hauser y Menet a comienzos del siglo XX en la parte media- alta del valle. La profundización del Pozo Samuño, que cesaría su actividad en diciembre de 2001, permitió el laboreo del yacimiento por debajo del nivel del valle, si bien la minería en ladera se mantuvo mediante contratos de arrendamiento hasta los años cincuenta.

El Pozo acoge una curiosa colección de edificios y estructuras mineras que permite observar la evolución de un espacio singular, empezando por la bocamina, que data de 1892, tal y como reza en su clave que agrega la fecha concreta: 26 de enero. La casa de máquinas, de la época de profundización es un infrecuente edificio donde la solución de cubierta, con faldones rotos y aleros muy pronunciados así como las molduras de las esquinas y la línea de imposta recuerdan inmediatamente al neo-regionalismo, mientras que los vanos, de luces muy amplias y perfiles rectos tienen un sabor racionalista. Un movimiento que alcanzará su máxima expresión en la casa de aseo, realizada en el marco de las fuertes inversiones realizadas por HUNOSA, que presenta planta circular, con una escalera en espiral que vertebra todo el inmueble. El castillete actual fue montado en 1985 con una inconfundible imagen derivada de sus poleas coplanarias, que servían a una máquina de polea koepe de fabricación italiana regulada por un grupo Ilgner.

Faustino Suárez Antuña

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