Monumento a Luis Adaro

Tras el fallecimiento del industrial, en 1915, a instancias de la sociedad La Montera se ve la conveniencia de perpetuar su memoria a través de un monumento conmemorativo. Se encomienda el trabajo al escultor sevillano Lorenzo Coullaut Varela que, formado en el taller de Agustín Querol, contaba con un reconocido prestigio – premiado en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, Premio Nacional de Escultura en 1906 - y una sólida experiencia en la obra monumental pública siendo responsable, entre otros, de los monumentos a José María de Pereda en Santander y a Campoamor en Madrid. Costeada mediante suscripción pública, la obra levantada en reconocimiento a Luis Adaro fue inaugurada el 25 de julio 1918, coincidiendo con las fiestas de Santiago.

El monumento parte de un cuidado diseño arquitectónico, elevándose sobre una base de planta cuadrada y escalonada sobre la que se asienta la popular figura de La Carbonera. Recreando la entibación de una mina, en su frente encuentra acomodo una vagoneta que vuelca el carbón. El escudo de la minería, hiedras y laureles, como principales elementos decorativos, completan una elocuente composición que culmina con el busto del efigiado, Luis Adaro y Magro, presidiendo el conjunto. Una elección iconográfica impregnada de retórica, que, lejos de ser casual, se acomoda al homenajeado, a sus intereses y ocupaciones, exaltando su consagración a las artes de la minería y de la industria. Pero también se adecúa la representación al contexto, al marco en el que se ubica, el Parque Dorado de Sama, un espacio de marcada impronta industrial y minera. De impecable factura e indiscutible corrección técnica, la monumental pieza conjuga sencillez y rotundidad volumétrica, naturalismo y simbolismo.

La cartela que figura en la trasera incorpora la dedicatoria: “A don Luis Adaro 1849-1915. Varón justificado, ingeniero eminente, geólogo esclarecido, impulsó con su dirección el desarrollo industrial de Asturias”.

Natalia Tielve García