Central de Arenas

Industrias

Central Hidroeléctrica de Arenas

Arenas de Cabrales

Promovida por la compañía Electra de Viesgo S.A. para el aprovechamiento hidroeléctrico del río Cares, la central de Arenas de Cabrales se levanta en las inmediaciones de la de Camarmeña. Su proyecto, al igual que ocurre con otras instalaciones de la empresa – las centrales de Arbón y de Silvón son soberbios exponentes - es el resultado de la fecunda colaboración entre el arquitecto Ignacio Álvarez Castelao, el ingeniero Juan José Elorza y el artista Antonio Suárez.

Entre los años 1952 y 1958 se prolongan los trabajos constructivos del salto. Las aguas, captadas en la presa de Poncebos, descienden mediante tuberías a la central: un edificio de hormigón visto integrado por dos volúmenes, respectivamente dedicados a sala de turbinas y cuadro de mandos. La sala de máquinas se organiza, estructuralmente, a partir de pórticos de hormigón armado que incorporan pilares ligeramente troncocónicos, carpintería metálica y amplias vidrieras en altura, buscando la máxima transparencia. El cuerpo lateral acoge el cuadro de mandos, junto con la sala de personal y los despachos; dependencias, todas ellas, bien iluminadas y, lo que es más importante, permeables, abiertas al disfrute del paisaje.

En la fachada principal se dispone un voladizo de hormigón, con remate en ángulo, de amplio vuelo y destacado interés plástico. Módulos revestidos de gresite, tratados como jardineras, y tres chimeneas exentas de aireación, de sabor organicista, completan la composición.

El arquitecto Castelao se ocupa, como es habitual en casi todos sus trabajos, del diseño del mobiliario interior, realizado en formica, de las luminarias, de la liviana escalera de madera con estructura metálica, entre otras piezas, mimando cada uno de los detalles del conjunto. Mientras, a Antonio Suárez, uno de sus habituales colaboradores, corresponde el diseño de una vidriera artística instalada en el testero del vestíbulo. De sección trapezoidal, con armadura de hormigón, se eleva a cuatro metros de altura. Se subdivide en pequeños vidrios irregulares de distintas texturas: trasparente, traslúcido, esmerilado y rayado, cubiertos con plásticos de colores primarios.

Natalia Tielve García

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