Fallecido Aguado, los cotos pasan a manos del Duque de Riánsares, esposo de la reina María Cristina, viuda de Fernando VII, cuyos intereses económicos en el que habría de ser el Ferrocarril de Langreo le permitían observar la ventajosa localización de los yacimientos de Carbayín…Sin embargo, la Revolución de 1854 y el exilio de la Reina Gobernadora, dio al traste con tan impropios negocios, y estos yacimientos son adquiridos por Numa Guilhou acabando luego en Fábrica de Mieres. El interés de Guilhou en estas minas tan alejadas de Mieres derivaba del hecho de que sus mejores comunicaciones le permitían operar en el lucrativo negocio carbonero, pero haciéndolo además a través del Ferrocarril de Langreo del que era el principal accionista en aquel momento. En 1925 los cotos se emancipan como Minas de Langreo y Siero que, no obstante, funcionó con un cierto carácter subsidiario de la metalurgia mierense, que le había cedido la gestión y cuyos socios eran Pedro Pidal o Manuel Loring, casados con hijas de Guilhou.
El ingeniero Joaquín Velasco, importante arrendatario de minas, profundizará el primer pozo vertical, La Muerte, en 1916-1917 abriéndose el segundo, Santa Marta, en torno a 1950. Del primer pozo se conserva una coqueta casa de máquinas y aun es visible la chimenea de su primera máquina de extracción. El segundo es un excelente ejemplo de la arquitectura y castilletes de Fábrica de Mieres, siendo evidentes las semejanzas con el Pozo San Nicolás, en Mieres, profundizado en los mismos años.
En 1969 Minas de Langreo y Siero se integra en HUNOSA con sus dos unidades en activo: Pumarabule y San Enrique o Lláscares (Candín II) que los cerrará en 2005 y 2013 respectivamente.
Faustino Suárez Antuña
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