Pozo Barredo

Poco antes de la guerra civil Fábrica de Mieres inicia la profundización de su primer gran pozo vertical de extracción, el Barredo, cuya apertura se retrasará hasta comienzos de la década de 1940. El Pozo Barredo viene a continuar por debajo de la cota del valle el laboreo del yacimiento que la empresa desarrollaba mediante minería de montaña con la Mina Mariana y que ya mostraba señales de agotamiento.

El castillete de Barredo será uno de los últimos ejemplos de castillete construido con celosía metálica roblonada, toda vez que muy poco tiempo después la soldadura eléctrica tomaría el relevo en la construcción de este tipo de elementos. El castillete de Barredo, además, tiene la peculiaridad de que la torre se asienta en una corta superior que las tornapuntas, en una plaza sobre elevada que conectaba con Mariana y que permitía gestionar el parque de vagones bajo la misma. La zona situada en la cota inferior de las tornapuntas aloja otras construcciones: la casa de máquinas, conectada con las poleas coplanarias del castillete a través de los cables de extracción; la subestación eléctrica, o la chimenea, habiendo sido derribada la antigua lampistería. La chimenea es uno de los elementos más identificables de Barredo, pero, sin embargo, es anterior al mismo. Se relaciona con la antigua central termoeléctrica levantada en 1916 y que estaba dotada de turbogeneradores para, en caso necesario, servir a las minas que Fábrica de Mieres tenía en el área.

El 22 de diciembre de 1991, las ejecutivas sindicales del SOMA y CCOO encabezadas por José Ángel Fernández Villa y Antonio González Hevia, se encierran en la cuarta planta del pozo en el marco de unas intensas jornadas de protesta obrera en defensa del subsector hullero.

El Pozo cesaría su actividad en 1995. En la actualidad parte de los edificios han sido reutilizados para funciones de investigación y administración y la antigua plaza de la madera acoge un campus universitario.

Faustino Suárez Antuña