Rula de Gijón

La historia de la lonja está vinculada a la Sociedad Florencio Valdés y Cía. que, constituida por navieros y comerciantes locales, se convierte en 1871 en una de las principales concesionarias particulares del puerto. Entre las dotaciones de la sociedad se encontraba un edificio destinado a Aduana que a partir de 1904 se dedica a la subasta del pescado. Se establece así la primera rula operativa en el puerto gijonés.

La explotación de la lonja fue asumida por diversas entidades a lo largo de su historia: desde la sociedad benéfica Euskeria hasta la Cofradía de Pescadores Virgen de la Soledad, pasando por la Sociedad Sánchez de León y Cía., el Gremio de Pescadores El Germinar y, particularmente, la Unión de Armadores de Buques Pesqueros a cuyo cargo  estuvieron las labores de la rula durante décadas.

En uno de los tinglados del edificio entra en funcionamiento, en 1920, una fábrica de hielo. Se abre entonces una etapa de esplendor, relacionada con el auge de la industria pesquera local y con la modernización del sector de las conservas. Parcialmente destruida durante la Guerra Civil, la rula fue reedificada en parte finalizada la contienda.

En la década de 1980 se toma la decisión de concentrar la actividad pesquera en el puerto de El Musel y de construir nuevos equipamientos destinados a lonja y fábrica de hielo, inaugurados en 1987. Tras la clausura de la antigua Rula, dan comienzo los trabajos para la rehabilitación y dotación de nuevos usos: el bloque central es ocupado por dependencias administrativas del puerto deportivo, uno de los tinglados es reconvertido en sala de exposiciones y el otro se destina a servicios de hostelería.

Natalia Tielve García