por José María Rodríguez-Vigil Reguera
Licenciado en Historia del Arte y doctor por la Universidad de Oviedo. Ha participado en dos proyectos nacionales de investigación, publicando diversos trabajos en revistas especializadas y libros.
Durante la época contemporánea, de la mano del proceso industrializador, numerosas ciudades y villas asturianas asistieron a la aparición de nuevos equipamientos urbanos impulsados por agentes públicos y privados.
Desde mediados del siglo XIX, la industrialización desencadenó en Asturias decisivos cambios económicos, demográficos y sociales, transformando la morfología, función e imagen de numerosas ciudades y villas. La nueva ciudad industrial reflejaría en su naturaleza dual la pujante prosperidad de la minoría burguesa capitalista y la absoluta precariedad de una mayoría popular proletarizada. En este contexto urbano, no pocas iniciativas, de carácter público, privado o mixto, intentaron responder a demandas de distinto tipo, afectando a cuestiones como el consumo, la educación o el tiempo de ocio: aflorarían así infraestructuras y equipamientos diversos, con un decidido espíritu modernizador. Los mercados de abastos ofrecieron, siguiendo premisas higienistas y racionalistas, un marco digno para la distribución comercial de productos de consumo cotidiano: pese a las variaciones materiales –hierro, fábrica, hormigón– y estilísticas –del eclecticismo de raigambre ochocentista al funcionalismo de entreguerras–, suele repetirse un espacio “tipo” con planta rectangular, diáfano y cubierto, caso de los mercados de Villaviciosa, Mieres y Ribadesella. En esta corriente encajan los mataderos, concebidos para garantizar un adecuado sacrificio de las reses y procesamiento de la carne (Macelo de Langreo).
La preocupación por la instrucción popular, unida a las pretensiones paternalistas del empresariado, daría lugar a fundaciones educativas, como la escuela de La Salle (La Felguera), creada en 1902 por Duro-Felguera como centro docente para hijos de obreros y posteriormente dotada con una Escuela de Artes y Oficios (1917). Por último, cabe referir el embellecimiento del paisaje urbano con elegantes parques públicos: los ayuntamientos, a veces apoyándose en la interesada munificencia de la burguesía industrial asturiana, promovieron la creación de estos recintos, permitiendo el esparcimiento de las clases trabajadoras (parque Dorado en Sama, parque Dolores Fernández Duro en La Felguera).
FERNÁNDEZ MOLINA, J.R.; GONZÁLEZ MORIYÓN, J., La arquitectura del hierro en Asturias. 13 mercados y otros edificios urbanos, Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, 1994.
GARCÍA CUETOS, M., “Patrimonio oculto en un paisaje en transformación: la obra desconocida del ingeniero José Eugenio Ribera en Asturias”, I Congreso Internacional de Patrimonio Industrial y de la Obra Pública: Nuevas estrategias en la gestión del Patrimonio Industrial, 2016, p.516-528.
RODRÍGUEZ-VIGIL REGUERA, J.M., “Notas sobre la modernización del consumo en Asturias: almacenes textiles y bazares en Gijón y Oviedo (1874-1936)”, en Liño. Revista Anual de Historia del Arte, 2015.
TERRÓN BAÑUELOS, A., La enseñanza primaria en la zona industrial de Asturias (1898-1923), Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias, 1990.
ZAPICO LÓPEZ, M., “Historia constructiva y rehabilitación del antiguo Matadero Municipal de Langreo (Asturias)”, en Studium. Revista de Humanidades, 2015.
Comentarios recientes