Minería
La minería de montaña, caracterizada por la dispersión de los centros de trabajo, no estimuló una gran evolución del poblamiento desde las formas más tradicionales, de modo que los trabajadores, en su gran mayoría, mantuvieron la residencia en unas aldeas que tampoco experimentaron grandes cambios. En cambio, la progresiva generalización de los pozos verticales de extracción, que focalizaban el movimiento de cientos de trabajadores a través de un punto, actuaron como verdaderos motores de la urbanización en las vegas. Evidentemente este proceso no es homogéneo en el tiempo y depende de las fases expansivas y regresivas de la hulla, de su relación con la siderurgia de cabecera, de la mejora de los salarios que permitirá el desarrollo de los planes de ensanche y, finalmente, de la legislación urbanística.
Evidentemente este proceso no es homogéneo en el tiempo y depende de las fases expansivas y regresivas de la hulla, de su relación con la siderurgia de cabecera, de la mejora de los salarios que permitirá el desarrollo de los planes de ensanche y, finalmente, de la legislación urbanística.
El periodo autárquico de la dictadura militar del general Franco alentó el laboreo hullero, siempre sobre la base de unos bajos salarios que intentaban compensar la exigua inversión de capital por parte de los empresarios pero que no podían incentivar el desarrollo inmobiliario. Así, la creación de los grupos de viviendas, tanto por el Instituto Nacional de la Vivienda (INV) como de la Obra Sindical del Hogar (OSH) y otros organismos desde la década de 1940, dotaron de justa y digna vivienda a los trabajadores y liberaron a las aldeas de alojar además a la mano de obra inmigrante. Arrastró también a un primer contingente de obreros autóctonos que abandonan los pueblos y comienzan su definitiva proletarización.
Las conocidas como barriadas mineras que pueblan nuestros territorios mineros tienen diferentes planteamientos, sobresaliendo acaso dos modelos: el de los grandes grupos de vivienda del INV organizados en torno a patios y con una ordenación fundada en la plaza mayor hispana, proponiendo tratamientos estéticos neo-herrerianos (aleros, cubiertas, recercados) muy modificados posteriormente; y el de los pequeños y medianos grupos de la OSH, con fachadas de ladrillo, volúmenes delimitados por muros laterales con aplacado de piedra artificial, que incorporan también zócalos y marquesinas de los portales; los huecos de escalera, en ocasiones, se cierran con pavés.
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