Chalé Ingenieros de la SIN

El inmueble, de notables dimensiones, se asienta en una cota elevada sobre la fábrica, adoptando una posición de dominio sobre esta. En alzado, se organiza en sótano, planta, piso y bajo cubierta. Con una superficie construida cercana a los 400 metros cuadrados, la planta se desarrolla en forma de L. En cuanto al programa, el sótano alojaba las instalaciones de servicio – carbonera, bodega y lavadero - , la planta se dedicaba al alojamiento del ingeniero director – con vestíbulo, comedor, sala de estar, cocina, cuatro dormitorios y aseos – y el piso servía de residencia a ingenieros solteros, manteniendo una distribución semejante a la de la planta inferior.

En la década de 1950, el arquitecto municipal de Langreo, Julio Galán, se hace cargo de un proyecto de reforma del edificio al objeto de adecuarlo para el alojamiento de empleados de la sociedad. Los trabajos se desarrollan de forma paralela a las obras constructivas de un conjunto de casas para ingenieros de la firma, situadas en las inmediaciones de la nueva planta de Barros.

Como resultado de la reforma, se modifica la distribución interior del inmueble de manera acorde con las necesidades planteadas, pero también se introducen cambios en la fachada. Se incorporan nuevos acabados: aplacados de piedra en las esquinas y molduras de yeso que imitan la apariencia de madera. Estos elementos, junto con las contraventanas de madera que cierran parte de los vanos y la solución de cubierta, a varias vertientes, con faldones rotos, otorga al edificio un cierto aire regionalista montañés de posguerra, próximo al que encontramos en otros diseños del arquitecto Galán.

Tras varios años sin uso y con graves deficiencias de conservación, el edificio ha sido rehabilitado y adecuado como centro geriátrico, función que mantiene en la actualidad.

Natalia Tielve García