Industrias
350362738
Taller de Mecanismos
345961963
Edificio Central
341647418
Escuela de Artes y Oficios
341648981
Taller de Cañones
350136451
Chalets de Oficiales
341650119
Colonia San Feliz
Con el antecedente de la creación de la Escuela de Aprendices de la Fábrica de Armas de Trubia en 1850, la factoría ovetense de La Vega, dependiente de la primera y dentro de un proceso de reestructuración, contaría con su propio centro formativo, aprobado por Real Orden de 15 de febrero de 1910. Su reglamento sería similar al de Trubia, con un periodo de formación de cuatro años en los que se compaginaba la enseñanza teórica con la práctica en el taller.
En sus primeros años la escuela desarrolló su labor en diversos locales, hasta que en 1927 se centraliza en un edificio diseñado a tal fin y que sigue los criterios estéticos y pedagógicos de la época. Se trata de un volumen rectangular cuya estructura de acero permitió grandes alturas de suelo a techo; es de ladrillo visto y presenta amplios ventanales donde la ventilación e iluminación tuvo gran importancia atendiendo tanto a criterios higienistas como prácticos. En su fachada un frontón recibe al visitante con el nombre del edifico, al que se accede a través de unas solemnes escaleras.
El interior de la escuela aún evoca su pasado. El hall de entrada presenta un destacado suelo de baldosín hidráulico y la decoración cobra cierta importancia a través de diversos elementos como escudos de cuerpos del ejército, los zócalos de madera o un techo realizado de escayola policromada. Este espacio da paso a lo que fue el taller, donde se realizaban las prácticas con diversa maquinaria, un espacio diáfano y de gran luminosidad; una pequeña ventanilla comunicaba con la estancia donde se guardaban los moldes y herramientas, que debían ser solicitadas al personal existente.
Unas magníficas escaleras de madera dan acceso al segundo piso, donde se situaban los despachos del profesorado, las aulas y la sala de dibujo, cuyas dimensiones y luz, con sus grandes ventanales orientados al sur, hacen de ella un lugar casi mágico. En las paredes de todo el edificio aparecen frases que recuerdan la naturaleza del espacio, como la que recibe al visitante nada más entrar: “Amad y respetad esta Escuela”, toda una declaración de intenciones y una muestra de que la Escuela de Artes y Oficios de La Vega ofrece uno de los patrimonios fundamentales de este espacio industrial, el inmaterial.
Manuel Antonio Huerta Nuño
GALERÍA DE IMÁGENES
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