Locomotora CA 8

Transportes

Locomotora CA 8

Pozo Fondón, Langreo

Carbones Asturianos fue una de las empresas de mediano tamaño establecidas en el valle de Samuño y comenzó sus actividades en la última década del siglo XIX. Para extraer su producción contó con un ferrocarril de escasa longitud (algo más de un kilómetro) entre la cabecera de sus explotaciones, cerca de Puente Humero, y el lavadero situado en las inmediaciones de la estación de Samuño del Ferrocarril de Langreo.

El ancho de vía, como no podía ser de otra manera, era de 650 milímetros y su trazado discurría paralelo al de Carbones de La Nueva, con el que incluso cruzaba a diferente nivel a través de un paso inferior.

A lo largo de su vida, esta línea contó con varias locomotoras de vapor de pequeño tamaño. La última de ellas, que llevó el número 8, fue adquirida en 1928 a la firma Orenstein & Koppel, una de las proveedoras habituales de los ferrocarriles mineros asturianos.

Pertenecía al modelo normalizado de 30 caballos de potencia, con dos ejes motores y tanque de agua en el bastidor. Su característica más sobresaliente era la chimenea en forma de embudo, dotada de un parachispas para evitar que el escape pudiese producir incendios, lo que le daba una nota exótica a un ejemplar por lo demás bastante convencional.

Tuvo una vida activa relativamente corta, ya que, en la década de 1940, Carbones Asturianos comenzó a incorporar tractores diésel que relegaron a las locomotoras de vapor a la condición de reserva y, por último, a la chatarra. La número 8 fue la única que se salvó del soplete, mantenida en funciones de reserva hasta la época de HUNOSA. La empresa pública la trasladó como monumento al vecino Pozo San Luis, donde permaneció durante bastantes años, pero finalmente fue llevada al Pozo Fondón.

Allí fue restaurada por una escuela-taller e, incluso, llegó a ponerse en funcionamiento en las vías exteriores de la explotación tras una somera reparación, iniciativa que no tuvo continuidad. En la actualidad, se mantiene como monumento ante el edificio que alberga el archivo histórico de HUNOSA, que está estudiando su restauración y puesta en marcha para las visitas.

Guillermo Bas Ordóñez

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