Transportes
522487900
Locomotora FL 30
522487997
Automotor FL 203
522775674
Coches FL H34 y H47
522487951
Locomotora FL 46
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Ferrocarril de Langreo
343864804
Museo del Ferrocarril
La coyuntura económica de la Primera guerra mundial, con el aumento de la demanda carbonera y la imposibilidad de importar combustible y locomotoras de Europa, llevó a numerosos ferrocarriles a ampliar su parque motor en los Estados Unidos. El Ferrocarril de Langreo no fue una excepción y adquirió un grupo de media docena de máquinas a la firma Vulcan Iron Works.
Ya en los años 20, la empresa ferroviaria asturiana necesitaba sustituir a sus locomotoras más antiguas, por un modelo de mayor potencia y fiabilidad. Los responsables de la línea debían de estar satisfecho con el rendimiento de las americanas y, entre 1925 y 1942, encargaron una docena de copias a la firma vizcaína Babcock & Wilcox. Llevaron los números 39 a 50, justo después de sus hermanas yanquis, y fueron conocidas colectivamente como “americanas”, por oposición a las máquinas de procedencia belga adquiridas a principios del siglo. La número 46 fue la última de un lote de cuatro puesto en servicio en 1931.
Eran locomotoras de tres ejes acoplados, con tanques laterales y cilindros exteriores, modelo preferido por el Ferrocarril de Langreo pues permitía realizar tanto servicios de línea como maniobras en los numerosos cargaderos de carbón del recorrido. Durante décadas formaron la base de la tracción del ferrocarril y fueron empleadas indistintamente en trenes de mercancías y de viajeros.
Con la llegada de la tracción diésel a mediados de la década de 1960, la mayor parte de la serie fue desguazada. Sin embargo, dos ejemplares fueron conservados para realizar maniobras en las instalaciones del lavadero de Carrocera, cerca de El Entrego. En esta situación pasaron a manos de FEVE en 1972, momento en el que el Langreo fue nacionalizado. Una de ellas fue la número 46, que sufrió un accidente poco tiempo después cuando perdió los frenos durante la maniobra y terminó estrellándose, quedando dañada en su zona posterior.
Inmediatamente fue retirada del servicio y quedó abandonada en Carrocera, lugar en el que permaneció durante mucho tiempo hasta que fue cedida al Museo de la Minería. Actualmente se encuentra dentro de sus instalaciones, pero todavía no ha sido rehabilitada.
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