Locomotora SIA 3

Transportes

Locomotora SIA 3

Pozo San Jorge, Aller

Vista frontal de los Cargaderos de Carbón

397814105

Grupo Campueta

527399736

Locomotora SIA 1

Anagrama de la SIA

342112917

Grupo Pontones

522717356

Locomotora SIA 3

349732517

Mina Santa Bárbara

334287802

Pozo San Jorge

El principal elemento de tracción del tranvía de vapor Santullano-Cabañaquinta, propiedad de la Sociedad Industrial Asturiana “Santa Bárbara”, estuvo formado por cinco locomotoras de tres ejes acoplados y procedencia norteamericana. Fueron fabricadas entre 1916 y 1920 por Vulcan Iron Works y estuvieron asignadas al remolque de trenes de carbón. Su ancho de vía era de 750 milímetros.

Disponían de tres ejes acoplados, con cilindros exteriores y tanque de agua de albarda sobre la caldera. Como era habitual en las máquinas americanas, disponía de la consabida campana, situada en el lado izquierdo de la caja de humos. Otros detalles interesantes eran el gran farol para iluminar la vía en horas de poca luz y un apartavacas delantero de chapa. Con el paso de los años, irían perdiendo todos estos accesorios.

Inicialmente, estaban al cargo de los trenes de carbón en bruto que descendían desde los cargaderos de Santa Ana o Los Pontones hasta el lavadero de Oyanco, así como los de mineral lavado que se dirigían a Santullano. A partir de los años 30, la red tranviaria de la SIA fue progresivamente recortada con la llegada del Vasco Asturiano a Collanzo y sus servicios quedaron restringidos a los ramales mineros.

Las máquinas de la serie fueron desaparecieron poco a poco a medida que las líneas mineras se clausuraron a lo largo de la década de 1960 y su último servicio tuvo lugar en 1971, ya en manos de HUNOSA. La número 3 fue la última superviviente del grupo y quedó abandonada en las instalaciones de Tartiere en Oyanco hasta el desmantelamiento de estas, cuando HUNOSA la trasladó como monumento al lavadero de Sovilla.

Con la clausura de este último regresó a tierras alleranas y fue enviada al Pozo San Jorge como monumento. Después de una primera restauración cosmética, en 2014 fue objeto de una interesante iniciativa realizada por el personal de la empresa minera. Fue restaurada de acuerdo con su aspecto primitivo, conocido a través de una fotografía de fábrica. De ese modo, fue pintada en negro con fileteado en blanco y el nombre de la propietaria escrito sobre el tanque. Constituye así una singular muestra de la tecnología norteamericana, muy frecuente en explotaciones asturianas a raíz de la coyuntura de la Primera guerra mundial.

Guillermo Bas Ordóñez

GALERÍA DE IMÁGENES