Fue bautizada como Pedro Duro y, años más tarde, recibió el número 1.Era un ejemplar de dos ejes, con distribución Walschaerts y tanques laterales para el agua. Su diseño aunaba características de locomotoras belgas con otras de gusto británico, con un resultado estético muy equilibrado.
Tiempo después el mismo tipo de máquina fue ofrecido a otros clientes. El primero en adquirirla, en 1910, fue la Fábrica de Armas de Trubia, que adquirió un ejemplar denominado Coronel en Esteban en honor al militar que dirigía el establecimiento trubieco. Estaba encargada de las maniobras en el interior de la factoría y en la derivación que la enlazaba con la cercana estación de Norte. Fue mantenida en funcionamiento durante muchos años e incluso se encendió periódicamente hasta principios de la década de 1990, lo que la convirtió en la última locomotora de vapor de España en servicio comercial.
Volviendo a Duro Felguera, la empresa estaba tan satisfecha con la Pedro Duro que, en una fecha tan tardía como 1964, construyó un segundo ejemplar en sus instalaciones, que recibió el número 2. Era idéntica a la original pero su cabina y tanques tenían un diseño más moderno. Su antecesora fue entonces reformada y adoptó ese mismo aspecto.
Las dos máquinas pasaron a manos de UNINSA y, después, de ENSIDESA, y permanecieron en servicio hasta finales de los años 70. Estuvieron durante mucho tiempo abandonadas en Valnalón hasta su recuperación por parte del Museo de la Siderurgia.
Por lo que respecta a la Coronel Esteban, fue donada por la Empresa Nacional Santa Bárbara al Museo del Ferrocarril de Asturias, donde actualmente se expone. Estas tres locomotoras hermanas constituyen un ejemplo magnífico del diseño industrial español y de cómo fue copiado por otras empresas para satisfacer necesidades especiales.
Guillermo Bas Ordóñez
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