Arte y cultura
“A los mineros de todo el mundo muertos en accidente de trabajo. Mieres 31 de agosto de 1995”. Esta es la inscripción que reza en la placa colocada en la base del Monumento Rampa Minero, obra del artista langreano Miguel Ángel Lombardía (Sama, Langreo, 1946). Instalado frente al acceso del edificio principal del Campus Universitario de Mieres, este monumento se ha convertido en el espacio donde se lleva a cabo uno de los actos de mayor carga simbólica de todos cuantos se organizan para celebrar a la patrona de los mineros, Santa Bárbara.
Invocada contra muertes imprevistas o cuando las tormentas amenazan con el estruendo de sus truenos, Santa Bárbara es también la patrona de artificieros, artilleros, bomberos y mineros, todos ellos expuestos en su trabajo al peligro de muerte. La familia minera celebra cada 4 de diciembre, día del nacimiento de la Santa, su festividad, una celebración que se ha convertido con el paso del tiempo en una fecha para recordar a los fallecidos y reivindicarse como colectivo, algo de especial trascendencia ahora que la actividad minera está a punto de desaparecer en la cuenca hullera central asturiana.
La rotunda figura del monumento mierense, que alberga en su interior la recreación de una rampa minera donde una llama es encendida en momentos señalados, es testigo año tras año de una emotiva ofrenda floral en la que participan autoridades locales y autonómicas, sindicatos, colectivos y asociaciones y gentes venidas de los valles mineros asturianos. En el recuerdo de todos permanece año tras año la tragedia del Pozo San Nicolás que acabó con la vida de 14 mineros tras una explosión de grisú el 31 de agosto de 1995. Una suscripción popular recabó fondos para el monumento situado en las antiguas instalaciones de otro de los yacimientos del concejo, el Pozo Barredo.
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