Es el caso de los dos conjuntos de viviendas destinados a los trabajadores de la Central Térmica de Soto de Ribera, localizados en Ribera de Arriba y Soto de Rey; el primero de ellos concebido para albergar a los empleados y sus familias, mientras que en el segundo se disponen los alojamientos destinados a los obreros.
El poblado de Soto de Rey es proyectado y ejecutado en diferentes fases a partir del año 1961 introduciendo una diversidad tipológica: un total de ciento veinte alojamientos combinan la edificación multifamiliar y las residencias unifamiliares adosadas. El diseño de los bloques presenta un indudable paralelismo con el poblado de La Hermida, en Cantabria, proyectado por el mismo arquitecto, en cuanto a la rítmica organización de las viviendas y la configuración de los alzados. En las construcciones se enfatiza la fuerza expresiva de los materiales y la virtualidad plástica del color.
Por su parte, el poblado de Ribera de Arriba reúne veintiocho residencias destinadas a empleados de la central. Tanto en su diseño como en su ejecución se acometen en cuatro fases entre los años 1962 y 1968. En este caso el arquitecto Álvarez Castelao opta por una tipología única, agrupando las construcciones de cuatro en cuatro. La edificación se concentra en la zona perimetral, dejando un espacio ajardinado y de juegos en el interior de la parcela. Se disponen, además, zonas de transición que delimitan lo privado de lo público. Las agrupaciones se alinean en dos hileras perpendiculares, protegiendo la zona de jardines de los vientos. La tecnología constructiva, extremadamente sencilla, se basa en el empleo de estructura de hormigón, enfoscada en gris, generando un entramado reticular en las fachadas, e incorporando carpinterías de madera. Especialmente interesante y recurrente, por otra parte, en los diseños de Castelao, es la solución adoptada para la cubierta, con techo a dos aguas inclinadas hacia dentro bordeadas por una fina albardilla.
Natalia Tielve García
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