Las torres presentan como principal diferencia con respecto al castillete, que la máquina de extracción se sitúa en lo alto de la propia estructura y no en el suelo. En el caso de Espinos, la caseta que alberga la sencilla máquina es de tablones de madera y vidrio en las ventanas con techumbre a dos aguas, y se sostiene sobre unos apoyos de celosía roblonada que la colocan sobre el brocal del pozo. Para acceder a la misma existe una escalera también metálica en cuyos peldaños figura el anagrama de la empresa promotora.
El Pozo Espinos es una modesta pero coqueta estructura que antecede casi medio siglo las imponentes torres brutalistas de la minería de la hulla, una de las cuales aparece en el inicio del valle de Turón, el Pozo San Vicente en Figaredo.
Faustino Suárez Antuña
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