Minería
A comienzos del siglo XX se crea la empresa Antracitas de Viñón por parte de conocidos industriales regionales y foráneos con negocios en Asturias, como Luis Belaunde, accionista y presidente del Crédito Industrial Gijonés, o el vasco Francisco Elorduy, propietario de las Minas del Rimadero en San Martín del Rey Aurelio.
A lo largo del s.XX la empresa pasará por distintas manos y denominaciones hasta que en 1953 entra en la esfera de González y Díez. Conocedor del negocio minero, en tanto que propietario de Antracitas de Tineo y de Minas de Lieres- heredera de la antigua Solvay- González y Díez realizará importantes inversiones en la mina cabraniega: el transporte del mineral pasará definitivamente a la carretera- tras haber llegado a ser llevado en carros hasta El Puntal o La Espuncia, en Villaviciosa- y abandonará definitivamente la minería de montaña realizando un pozo plano en el que se inscribe el castillete que nos ocupa. Se trata, por tanto, el castillete de Viñón de una estructura cuya función es elevar la maquinaria de extracción que servía al pozo plano, alojándola en una caseta dispuesta sobre muros de mampostería de piedra. Así, puede este castillete encuadrarse en la tipología de castillete de fábrica de piedra o, en este caso, de fábrica mixta de piedra y ladrillo.
El castillete de Viñón es el único testimonio de la minería carbonera del área, que estuvo activa hasta 1969 laboreando con cierta intensidad un afloramiento carbonero que es prolongación septentrional de la Cuenca Hullera Central. El resto de las instalaciones han sido demolidas.
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