Minería
Desde su creación, la empresa Duro y Compañía se especializó en la fabricación de hierros en su planta de La Felguera, pero la carestía del carbón y la incapacidad de las empresas existentes para asegurarle una producción constante del mineral aconsejaron la explotación directa de algunas minas por parte de la siderúrgica langreana prácticamente desde sus inicios.
Dos fueron los cotos escogidos: la famosa Nalona, que luego daría paso al Pozo Fondón, y Etelvinas, en el valle de Carrocera. En esta concesión, la compañía hubo de empezar muy tempranamente, a comienzos de la década de 1860, produciendo grandes cambios en la estructura de las precarias explotaciones existentes: se abrirían nuevas minas, planos inclinados, grandes ventiladores, ramales mineros con raíles de hierro y, a fines de siglo, el ferrocarril.
En diciembre de 1953 la Duro empezaría a profundizar un nuevo pozo en la Güeria que le serviría para organizar mejor las labores mineras y beneficiar zonas de la concesión que no era posible realizar desde el cercano Pozo Sotón. Será el último pozo realizado por la Duro, en un contexto caracterizado por los créditos hispanoamericanos, que financiarían buena parte de las obras, y por el fin de la autarquía.
La Duro aplicaría aquí todo el saber acumulado en minería durante un siglo, montando un pozo con interesantes novedades, por ejemplo en la gestión mecánica de la plaza minera. En el Pozo Venturo todos los servicios se albergaban en un único volumen, desde las oficinas administrativas y técnicas a la casa de aseo o la de máquinas, prestando especial atención al diseño del edificio. En efecto, el proyecto firmado por el arquitecto Fernández Castañón en 1956, es sumamente cuidado e innovador, pudiendo inscribirse dentro de un racionalismo ecléctico. Los exteriores también fueron cuidados al detalle con parterres ajardinados, fuentes con el emblema de la Duro, grandes ejemplares de coníferas y seto vivo para separar las distintas áreas.
En 1967 el Pozo Venturo se integraría, como el resto de la sección de minas de la Duro, en la empresa hullera estatal HUNOSA, que lo mantendría en actividad hasta 1990 cuando cerró definitivamente sus puertas. En 2005 sus instalaciones fueron reutilizadas para dar cabida a un fallido proyecto empresarial
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