Socavones Isabel y Emilia

Una bocamina es la boca al exterior de la galería que sirve de entrada y salida a una mina, habitualmente a través de un túnel horizontal pero también mediante un pozo- plano. Cuando esta entrada conforma el nivel basal de una explotación de montaña compuesta de varios pisos en ladera, puede denominarse socavón. Esta entrada  presenta casi siempre un flanco de debilidad ante los desprendimientos, de modo que las explotaciones mineras de cierta entidad solían reforzar estas entradas con una portada cuyos materiales irán evolucionando con el tiempo desde las lajas irregulares hasta el sillar, el ladrillo o la piedra artificial. Desde muy pronto las grandes empresas vieron en las bocaminas una forma de dejar su impronta y estilo.

El interés de las empresas mineras que operaron en el valle del río Samuño por reforzar y distinguir las entradas a las galerías, las bocaminas y socavones, fue muy limitado, si bien los casos del Isabel y el Emilia, de Carbones de La Nueva, o, también, la bocamina Trechora abierta por Carbones de Santa Ana y reformada por la Duro, suponen ejemplos de altísimo interés.

En el caso del socavón Isabel, este organizaba las minas de montaña de Carbones de La Nueva antes de que la empresa, recién adquirida por la Real Compañía Asturiana de Minas para abastecer de hulla las instalaciones del grupo tras el cierre de la mina de Arnao, decidiera beneficiar el yacimiento por debajo del nivel del valle, mediante un pozo vertical: el San Luis. El sillar de piedra y el ladrillo son los materiales utilizados en el socavón Isabel, donde el arco escarzano que constituye la entrada se encuentra rematado por un peculiar remate mixtilíneo en frontón, añadido posteriormente a la fecha de 1904 que reza en la clave.

Respecto al socavón Emilia, nacido en el marco de la minería de montaña y en la misma fecha que el anterior, siguió cumpliendo un papel importante con la entrada en funcionamiento del pozo vertical, dado que su galería enlazó con la primera planta del pozo y por ella salía al exterior la producción del San Luis hacia el lavadero. No obstante, desde 1923, solo vemos la parte inferior del mismo debido a que la construcción de una carretera cercenó la interesantísima parte superior. Se mantiene, no obstante el arco escarzano, el nombre de la empresa labrado y los materiales originales, sillar de piedra y ladrillo con que fue levantado.

Faustino Suárez Antuña