Sin embargo, será con la Duro cuando La Nalona alcance todo su esplendor minero, llegando a convertirse en un gran pozo vertical. La Nalona era, junto con las Minas Etelvinas del valle de la Hueria de Carrocera, en el vecino concejo de San Martín, los dos únicos focos de explotación minera que la Duro beneficiaría directamente hasta comienzos del siglo XX, cuando la empresa comienza una serie de transformaciones que la llevarán a convertirse en la primera firma hullera del país. Por tanto, La Nalona era ya uno de los lugares simbólicos de la Duro y será ahí donde decida profundizar su primer pozo vertical de carbón al que pronto seguiría el Sotón, Mosquitera y muchos más.
Los edificios que componen el Pozo Fondón datan de una amplia horquilla temporal que va entre la profundización, como la casa de máquinas de 1915, y los pabellones de casa de aseo, lampistería, oficinas…de los años cuarenta. No obstante la homogeneidad estilística salta a la vista: construidos con ladrillo, la piedra aparece en los basamentos, pilastras, líneas de imposta, vanos en general o en las diferentes molduras… definiendo un modelo al que la compañía volvería en más ocasiones. El embarque fue reformado en los años cincuenta, contando con interesantes murales.
La historia del Pozo es una de las más ricas de la hulla: desde el supuesto hallazgo de un dinosaurio a su completa inundación para sofocar un terrible incendio; de una colonia penitenciaria en la que los vencidos de la Guerra Civil penaron su derrota arrancando el carbón de los vencedores, a ser el reposo de las cenizas de D. José Manuel Fernández Felgueroso, presidente de HUNOSA; del derribo de un castillete a la ubicación del archivo histórico de la compañía…la compleja historia del primer pozo de la otrora poderosa Duro Felguera.
En la actualidad, el Pozo Fondón y el Archivo Histórico de HUNOSA pueden visitarse tras la reordenación y rehabilitación de gran parte de sus instalaciones.
Faustino Suárez Antuña
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