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Pozo San José
En 1918 Altos Hornos de Vizcaya adquiere la totalidad de las acciones de la Sociedad Hulleras del Turón (SHT). Tras la Guerra Civil, la empresa se plantea la necesidad de un importante aumento de producción que, además de atender las exigencias planteadas por el régimen, asegure el suministro a la planta siderúrgica vasca.
Se pone en marcha un ambicioso plan que incluye la reprofundización y modernización de las instalaciones del Pozo Santa Bárbara y la puesta en marcha de un nuevo campo de explotación, el Pozo San José, en el barrio de San Francisco de la localidad de Turón.
Francisco de la Brena, director técnico de la SHT será el encargado de la puesta en marcha del pozo que contará con 7 plantas, 500 metros de profundidad y una capacidad de producción prevista de 2.000 toneladas diarias.
El proyecto de construcción del pozo San José será obra, al igual que la reforma de los edificios principales del pozo Santa Bárbara, del arquitecto Francisco González López-Villamil que contará con la colaboración del ingeniero de Caminos Ildefonso Sánchez del Río. Destaca el magnífico edificio de la casa de máquinas con una estructura formada por un sistema de pórticos de hormigón armado con dos espacios, uno destinado a la máquina de extracción y otro para albergar los compresores. La inauguración oficial del pozo tendrá lugar el 25 de septiembre de 1957, el mismo día que la factoría de ENSIDESA de Avilés.
La incorporación en Hunosa en 1968 supone, no sólo la desaparición de la SHT, sino el fin de la planificación individualizada de sus pozos. Incluidos en la organización territorial de la empresa estatal, las decisiones sobre funcionamiento, obras, inversiones o personal, formarán parte de la estrategia de la hullera pública. En concreto, en el Plan General de Reestructuración de la Empresa HUNOSA de 1972, se contempla la concentración de ciertos servicios en Pozo San José, como la ventilación, el desagüe o el relleno, para lo cual se decide que ambas explotaciones estén unidas a partir de la planta octava.
La actividad en el pozo continuó hasta el año 1993. Tras varios años de abandono se lleva a cabo la restauración del castillete y los edificios principales en el año 2008.
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