Central de Comunicaciones

Industrias

Central Telefónica de ENSIDESA

Avilés

342605426

Depuradora de Agua

370935022

Baterías de Cok

342593617

Depósito de Locomotoras

382437278

Central Telefónica de ENSIDESA

La Central de Comunicaciones de la Empresa Nacional Siderúrgica S.A. se yergue al pie de los gasómetros de la Planta de Baterías de Hornos de Cok. Sin embargo, la imponente altura de estas dos estructuras no menoscaba el protagonismo visual de la popularmente conocida como «Telefónica».

El inmueble es obra del arquitecto madrileño Francisco Goicoechea Agustí, que trabajó junto a Juan Manuel Cárdenas Rodríguez en el diseño de buena parte de los edificios de la Empresa.

Con su puesta en funcionamiento, a finales de la década de los años cincuenta, dio comienzo el servicio de comunicaciones telegráficas y telefónicas, con más de mil líneas y con capacidad de ampliarse, en 1959, a un total de tres mil. 

Su ubicación en un lugar destacado, junto al principal acceso a la factoría desde el poblado de Llaranes, requería de un especial empeño en el diseño de la construcción. Como algunos autores coinciden, Goicoechea bebió de la arquitectura de vanguardia soviética, especialmente de los proyectos de los hermanos Vesnin, Barjin y Sóbdev. Planteó un edificio de planta rectangular y dos cuerpos, construido en hormigón armado y ladrillo, reservado para las esquinas. El cuerpo bajo consta de tres alturas que albergaron oficinas, espacios de trabajo y salas de reuniones. El segundo cuerpo está constituido por una torre de seis alturas y planta cuadrada, ubicada en la fachada principal del edificio y adelantada con respecto al resto. Este protagonismo se ve realzado por el tratamiento de los vanos, que potencia la verticalidad.

En su imafronte, a ambos lados de la torre, se situaron sendas esculturas realizadas por el artista plástico José Luis Sánchez en aluminio. Ambas piezas, de seis metros de altura, representaban una embarcación de vela y una hilandera. Con el deterioro de la Central, una vez abandonada su función original y tras haber albergado otros usos, las dos obras fueron retiradas sin conocerse su paradero.

A pesar de que no cuenta con protección local ni autonómica, su incuestionable valor ha quedado acreditado gracias a su inclusión en el inventario de la Fundación Docomomo tras la paralización de su derribo en el año 2015, con una protesta encabezada por el Club Popular de Cultura «Llaranes».

Rubén Domínguez Rodríguez

GALERÍA DE IMÁGENES