Industrias
A diferencia de la Fábrica de Armas de Trubia, en la que desde sus orígenes y hasta finalizado el siglo XX su recinto compaginó función residencial y productiva, en La Vega habría que esperar hasta finales del siglo XIX para encontrar los dos primeros bloques residenciales levantados para el director y los mandos de la factoría, los más señoriales del conjunto y situados en la parte más meridional del recinto.
Siguiendo la alineación de la carretera de Santander, hacia 1915 se añadirían dos edificios más, completándose el conjunto en 1926 hasta sumar un total de 8 bloques que acogieron 12 viviendas; su fisonomía general puede comparar con una pequeña ciudad jardín de 11.000 metros cuadrados. En contraposición a las viviendas obreras, estos chalés están dentro del recinto fabril, pero segregados del sector productivo mediante una tapia. Su lamentable estado de conservación es un clamor que resume la valoración general que el patrimonio industrial tiene en la sociedad.
Manuel Antonio Huerta Nuño (Toño Huerta)
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