Transportes
527358350
Locomotora HT 120
344349306
Coche HT 600
522829648
Locomotora HT 110
522717334
Coche HT RN
343864804
Museo del Ferrocarril
522488109
Locomotora Turón 3
El servicio de viajeros que ofrecía la Sociedad Hulleras del Turón (HT) para sus empleados se distribuía en varias etapas. La primera de ella, que se prestaba con material de ancho ibérico, enlazaba el apartadero de Reicastro con La Cuadriella y los trenes, que efectuaban parada intermedia en Figaredo, circulaban coincidiendo con los cambios de turno del personal del lavadero de carbones de la empresa.
Para prestarlo, en 1896 la empresa adquirió un lote de coches de segunda mano originarios del Ferrocarril Santander-Solares, que habían sido fabricados pocos años antes por Usines Ragheno en Malinas (Bélgica). Cuatro de ellos eran de tercera clase, con bastidor de hierro y dos ejes. Disponían de una caja de madera con capacidad para unos 50 viajeros sentados en bancos de madera y el acceso se realizaba mediante balconcillos abiertos en sus extremos. El quinto vehículo era un coche para empleados con asientos tapizados y ninguno llevó matrícula alguna, pues tan solo lucían una pintura de color verde oscuro.
A lo largo de su carrera, los coches de tercera experimentaron varias reformas que aportaron tosquedad a su aspecto primitivo: perdieron el freno de vacío y la iluminación interior originales, así como el forro exterior de la caja, sustituida por tablillas verticales. Por último, se modificaron los rodajes primitivos. Todo ello les hizo perder parte de su primitivo confort, pensado para trasladar a viajeros al balneario cántabro, un uso muy alejado del acarreo de mineros que realizaban en Asturias.
El servicio de viajeros se mantuvo hasta los primeros tiempos de HUNOSA, cuando fue suprimido ante la generalización del automóvil privado y la implantación de los autobuses urbanos. La mayoría de los vehículos fueron quemados, pero uno de los ejemplares de tercera clase logró sobrevivir en las instalaciones de La Cuadriella hasta 1997, momento en el que fue recuperado por el Museo del Ferrocarril. Posteriormente fue rehabilitado y actualmente circula por dicha institución para delicia de los visitantes.
Es una pieza de elevadísimo valor, puesto que son contados los coches de viajeros de vía ancha del siglo XIX preservados en España.
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