La empresa se constituyó en 1899 y su objetivo fue la construcción de una vía férrea de ancho métrico que uniese Ujo con el puerto de San Esteban, que se desarrolló a la par que el propio ferrocarril. Junto con esa línea principal se proyectó un ramal que la uniría en Fuso de la Reina con Oviedo. El proyecto fue encargado al ingeniero Valentín Gorbeña, autor también del diseño de las estaciones, y las obras avanzaron con rapidez, lo que permitió su inauguración completa en 1908.
El trazado presentaba un perfil benigno, pues seguía el cauce los ríos Caudal y Nalón y tan solo en el ramal de Oviedo encontramos alguna contrapendiente. Sin embargo, sí fue preciso ejecutar un buen número de obras de fábrica, en forma sobre todo de túneles (43 en total) y varios puentes metálicos de cierta entidad, suministrados por la industria belga. El proyecto original suponía 81 kilómetros de vía.
En la década de 1920 se planteó una ampliación que remontaba el valle del río Aller desde Ujo a Collanzo (22 kilómetros). Fue concluida en 1935 y contaba con cuatro túneles y un puente de hormigón.
Durante años, el Vasco Asturiano fue un ferrocarril eminentemente carbonero. Esa tarea se compaginaba con un servicio de cercanías que comunicaba las estaciones de su recorrido con la capital del Principado.
La etapa como empresa privada del Vasco Asturiano concluyó en 1972 con su nacionalización a manos de FEVE. Ese cambio supuso numerosas transformaciones, especialmente intensas en los últimos años, con el cierre del tramo Fuso-Oviedo, convertido ahora en vía verde, y su sustitución por un nuevo acceso desde Trubia. También se ha electrificado la sección Trubia- San Esteban y se ha suprimido el servicio comercial de la primera de estas estaciones hasta Baíña.
Desaparecido ya el tráfico carbonero, continúa prestando servicio de viajeros. Su trazado mantiene todavía un interesante conjunto de obras de fábrica originales, algunas de ellas enclavadas en paisajes de especial belleza.
Guillermo Bas Ordóñez
Comentarios recientes