De la intensa actividad de este grupo minero da cuenta el importante patrimonio heredado, formado por bocaminas, como la del primer piso de la explotación que conserva su embocadura de sillería y la fechada en 1921 en su clave, los cargaderos en los que se combina la mampostería con ladrillo macizo, además de alguna edificación como la que albergó las oficinas.
Una red de ferrocarril conectaba los diferentes pisos de explotación para transportar el material necesario para la actividad extractiva y dar salida a la producción hacia el lavadero de Tartiere en Oyanco para conectar finalmente con el tranvía de vapor de la compañía que descendía por la carretera hasta Ujo-Taruelo. De esa red se conserva la trinchera y restos del puente de La Maravilla.
Mónica García Cuetos
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