Locomotora Upina

En concreto, este ejemplar fue construido en 1890 por la firma Krauss de Munich, un fabricante especializado en locomotoras industriales que ofrecía diversos modelos adaptados a las necesidades específicas de sus clientes. Nuestra protagonista pertenecía a uno de los tamaños más pequeños, con un peso que no alcanza las cuatro toneladas y presenta características propias de diseños industriales, con dos ejes motores y tanque de agua en el bastidor. Fue adquirida por la sociedad Julio Bertrand, que disponía de varias explotaciones hulleras en la zona media de La Güeria San Xuan, en Mieres. 

La empresa tendió un ferrocarril con ancho de vía de 600 milímetros desde la cabecera de sus explotaciones, en Cuevas, hasta un plano inclinado que descendía al propio casco urbano de Mieres. En esa línea prestó servicio durante décadas, junto con otras máquinas más modernas, mientras que su propiedad fue pasando por varias manos a medida que el negocio cambiaba de propietarios. Su último dueño sería Minas Tres Amigos, sociedad constituida en la década de 1940 y que se integró en HUNOSA en el año 1969.

Después del cierre del ferrocarril, acaecido en 1956, la Upina terminó realizando maniobras en la sección que unía El Casar con el pozo Tres Amigos hasta que, al cabo de unos diez años, fue retirada. Pasó a manos de HUNOSA y se salvó del desguace cuando fue elegida para ser colocada como adorno en los jardines del lavadero de El Batán por su pequeño tamaño.

De ese emplazamiento pasó finalmente en los años noventa al Museo de la Minería de El Entrego, donde se expone en la actualidad después de una restauración cosmética.

La locomotora, que anteriormente carecía de denominación alguna, fue bautizada en los años de la Posguerra como Upina, un peculiar nombre que deriva del apelativo familiar de Guadalupe Sela Álvarez, hija del director de Minas Tres Amigos en aquel momento.

Guillermo Bas Ordóñez