Industrias
El importante aumento de población derivado de la intensa actividad industrial del concejo hace necesaria la organización del espacio urbano en los terrenos de la vega, que tendrá su traducción en una sucesión de ensanches que se añadirán a los núcleos fundacionales de Requexu, Oñón, Sobrelavega y la Villa de Arriba.
El primero de ellos, en el arranque del siglo XX, forma una cuadrícula en cuyas manzanas se construyen un grupo de edificios públicos que dan respuesta a las necesidades de una población en constante crecimiento, como la casa consistorial, el grupo escolar Aniceto Sela o el mercado de abastos.
Habilitar un lugar en el que poder llevar a cabo en las exigibles condiciones de higiene y salubridad la venta de alimentos frescos, movió a un grupo de concejales a suscribir una moción en 1904 en la que se solicitaba la construcción de un mercado público. Ese mismo año Juan Miguel de la Guardia redactó el proyecto que seguirá la línea de los que ya había planteado para el Mercado del Progreso de Oviedo (1883), localidad donde ocupaba la plaza de arquitecto municipal, y el de Villaviciosa (1901). Las obras se adjudican al constructor José Miranda Antuña y en 1907 se lleva a cabo la inauguración de un equipamiento que aún hoy cumple su función.
Se trata de un edificio de grandes dimensiones que ocupa en su totalidad una de las manzanas del ensanche mierense. Su planta es rectangular y se cubre a cuatro aguas con un cuerpo sobreelevado que permite la iluminación y ventilación del interior. Dispone de acceso en sus cuatro fachadas ocupando las puertas un lugar central en cada una de ellas. Se componen de un arco de medio punto sobre columnas corintias, pilastras con soperas y frontón.
El espacio interior se organiza mediante un espacio central y un pasillo que lo rodea. Las esbeltas columnas metálicas, que soportan la estructura de la cubierta del mismo material, permiten la división de esos espacios.
Mónica García Cuetos
GALERÍA DE IMÁGENES
Comentarios recientes