Pozo Sorriego

Minería

Pozo Sorriego

Sorriego, San Martín del Rey Aurelio

La familia Nespral aparece ligada a la explotación de la hulla desde, al menos, mediado el siglo XIX, cuando Vicente Fernández Nespral registra varias denuncias mineras en la parroquia de San Andrés de Linares, en San Martín del Rey Aurelio. No obstante, habrá que esperar hasta finales de siglo para que nazca una empresa, Nespral y Compañía, para el laboreo del carbón en concesiones como Entrego o Sorriego, que en esos años pasaban a disponer de buenas comunicaciones gracias al Ferrocarril de Langreo y el del Norte.

La marcha de la compañía experimentará un cambio decisivo con la entrada en la familia de Joaquín Velasco, casado en 1905 con una hija de los propietarios. Ingeniero de Minas vallisoletano, comienza como contratista minero profundizando Pumarabule y tomando en arriendo luego las minas de Coto Musel y La Sota, en Laviana. Además, Joaquín Velasco será representante del Estado en la Asamblea Nacional Consultiva primorriverista entre 1927 y 1930, y un innovador empresario pecuario a través de una moderna finca en el Duero. Será bajo su iniciativa cuando se profundice el Pozo Sorriego en 1916, tras negociar una permuta de concesiones con la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera para el beneficio de las capas en profundidad.

En 1918 el Pozo Sorriego tenía una profundidad de 135 metros- sería luego reprofundizado hasta los 210 m- y una sección de 4,25m, estando servido por una máquina de extracción de 24 cv y un compresor de 16 cv. Una maquinaria, que al igual que el castillete y las instalaciones, era de notable precariedad a la espera de su sustitución definitiva. Será en la década de 1920 cuando se configure el espacio de producción definitivo, contando con un réter y cargaderos al ferrocarril de Langreo, montándose un castillete metálico de celosía roblonada- sustituido en época de HUNOSA- servido por una máquina de extracción Siemens. Pero si algo define el Pozo Sorriego es su casa de máquinas, un singular edificio cuya fachada principal presenta un remate escalonado coronado con un frontón curvo.

En 1969 Nespral y Compañía se integra en Hunosa, que mantiene Sorriego como auxiliar hasta su cierre definitivo en 1978.

Faustino Suárez Antuña

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