Puente de los Gallegos

El desarrollo industrial está en la base de este cambio, pero también que el principal accionista de la compañía ferrocarrilera fuera Numa Guilhou, propietario de la posteriormente denominada Fábrica de Mieres. Esta planta siderúrgica contaba desde la década de 1870 con el primer taller español especializado en construcciones metálicas y, en especial, en puentes y vigas, montado a instancias del afamado ingeniero Jerónimo Ibrán desde su puesto de director técnico de la fábrica.

En este contexto industrial, el desarrollo minero de la Duro en el valle del río Santa Bárbara aconsejó que el Ferrocarril de Langreo dispusiera de un ramal para drenar las producciones carboneras de la zona. El ramal inaugurado en 1921 tendría su inicio en Sotrondio y finalizaría 800 metros más adelante, en El Pontón o La Hullera, teniendo como principal obra el puente sobre el río Nalón, construido por Fábrica de Mieres y que debe su nombre al origen de los canteros encargados de labrar la sillería de estribos y pretiles.

El magnífico puente lleva la firma del ingeniero Ignacio Fernández de La Somera, director de la compañía ferroviaria, y se trata de una estructura prácticamente gemela de la levantada en Sama para el ramal a Samuño: hierro laminado en un solo tramo de 60 m de luz con vigas tipo Pratt reforzadas en los módulos centrales bajo forma de aspa. La diferencia entre ambos puentes radica en su ángulo respecto al Nalón y que el de Sotrondio dispone de diez mallas y no ocho, reduciéndose el tamaño de estas, pero no su altura, que sigue siendo la misma.

Con el cierre del Pozo San Mamés en 1992 el ramal cesa su actividad. Tras una primera rehabilitación en 2003, en 2010 el puente sufre una dura intervención rubricada por Valle arquitectos, encontrándose actualmente en un avanzado estado de abandono que demanda una rehabilitación, esta vez consecuente, para una de las estructuras industriales más señeras de nuestra industrialización.

Faustino Suárez Antuña