Puente de los Ingleses

El ramal inaugurado en 1896 tendría su inicio en Sama y terminaría en El Cadavíu, donde contaría con cargaderos y una estación. Para salvar el río Nalón la empresa diseñó un fantástico puente que, como el resto de obras del ramal lleva la firma del ingeniero Miguel Ramírez Lasala, director de la compañía ferroviaria. El puente fue construido por Fábrica de Mieres, empresa que bajo la dirección del afamado ingeniero Jerónimo Ibrán contaba desde la década de 1870 con el primer taller español especializado en construcciones metálicas y, en especial, en puentes y vigas.

El puente, conocido popularmente como de los ingleses, por la supuesta aunque no documentada participación de técnicos de esta nacionalidad en su construcción, se emplaza sobre el Nalón en la trasera del Sanatorio Adaro. Se trata de un puente de un solo tramo de 60 m de luz (64 m entre los ejes de los apoyos) sustentado sobre estribos de fábrica de piedra realizada con sillería de gran tamaño en aristas, zócalos y pretiles, mientras que utiliza el sillarejo en los frentes y en el resto mampostería ordinaria con mortero hidráulico. La parte metálica pertenece a la tipología de puentes de vigas rectas de celosía, encuadrándose en el subtipo de tablero inferior. Las vigas principales forman mallas triangulares del tipo Pratt reforzadas en el centro con otras dobles en aspa, alcanzando ocho metros de altura y otros cinco entre los ejes.

El puente estaría en servicio 112 años, hasta el cierre del lavadero de carbones de Modesta, al que prestaba servicio desde la clausura de las minas de Samuño. En la actualidad el puente está cerrado al paso y presenta un precario estado de conservación que clama por una intervención para preservar una de las estructuras industriales más señeras de nuestra industrialización. El resto del ramal es reconocible hasta El Cadavíu, donde la antigua estación fue derribada en 2010 por HUNOSA.

Faustino Suárez Antuña