Puente de Rimoria

Carrio y Rimoria se localizan en la margen izquierda del río Nalón y Barredos en la derecha, junto con un espacio central donde se encontraban instalaciones como talleres, la plaza de la madera o el cargadero sobre el Ferrocarril de Langreo. Con esta configuración, el río Nalón se convirtió en un importante obstáculo que había que salvar para poder hacer llegar hasta el ferrocarril la producción del Pozo Carrio y los grupos de montaña.

Hasta la construcción del puente de Rimoria, las vagonetas cruzaban sobre las aguas de río mediante un sistema de cable aéreo que sufría frecuentes paradas por averías que muchas veces ocasionaban que el contenedor y la carga acabasen en el fondo del río. Para poner fin a esta situación se decide la construcción de un puente que permita el paso de locomotoras eléctricas para el arrastre de los vagones.

Duro Felguera proyectó un puente de acero para cuyo diseño recurrió a la solución de puente mixto, es decir, de tablero superior con tres tramos sobre pilas metálicas y, al mismo tiempo, colgado. Esta solución permite salvar la distancia entre ambas orillas sin apoyos intermedios en su gran tramo central que cuenta con una luz de 50 m. La estructura del puente está formada por dos vigas principales unidas por otras transversales. Las vigas principales de alma calada tienen una altura de 2 m y se apoyan sobre pilas metálicas que sirven también de apoyo a los castilletes de los cables de acero. Las vigas transversales, con una separación entre ellas de 2,5 m, están suspendidas cada 5 m de los cables flotantes. La anchura del tablero es de 5 m y sobre él en el proyecto original se contemplaban tres vías de 650 mm, de las que en la actualidad sólo está operativa la central.

El conjunto de puentes del Grupo Laviana se completa con otro tramo metálico sobre el cargadero y el Ferrocarril de Langreo y un paso sobre la carretera de Oviedo a Campo de Caso.

El puente de Rimoria, una extraordinaria obra de ingeniería, sigue en uso mostrando su esbelta imagen sobre el río Nalón.

Mónica García Cuetos