Viviendas de la Estación

Es una construcción rectangular, con cuatro alturas en la fachada a la vía y tres en la opuesta, que se abre a la calle. El bajo se destinó a almacén, con acceso únicamente a través de los terrenos de la estación. En la primera planta se situaron un hospitalillo (lado derecho visto desde la calle) y el economato (a la derecha), ambos separados por el portal y la caja de las escaleras. El primero contaba con salas de espera y reconocimiento, un botiquín equipado con rayos X y un departamento de traumatología. Por lo que respecta al economato, disponía de un despacho con mostrador, oficina y almacén.

Los dos pisos superiores se destinaban a función residencial, con dos viviendas por planta para trabajadores del Ferrocarril de Langreo. Cada una, con idéntica disposición, contaba con cocina, comedor, baño y tres habitaciones.

La estructura del edificio era de hormigón armado, con cubierta a cuatro aguas. El exterior aparece decorado con pilastras de piedra falsa y orden gigante que articulan la fachada. La zona baja es de ese mismo material, mientras que en los pisos superiores se combinan los paños de muro enlucido con otros recubiertos de plaqueta. El cuerpo central se remata con una peineta sobre el alero flanqueada por pináculos piramidales, elementos de inspiración clásica que obedecen al gusto de la arquitectura oficial de la época.

Actualmente, el edificio se encuentra fuera de uso, aunque se mantiene en un estado aceptable. Constituye un ejemplo muy interesante de cómo las empresas combinaron distintas funciones dentro de su acción social (atención sanitaria, economato y residencia para los empleados) dentro de un único inmueble, con un resultado estético propio de su momento, al mismo tiempo que se conseguía una imagen de empresa repitiendo el modelo en otros lugares, como es el caso de El Berrón.

Guillermo Bas Ordóñez