Minería
Este yacimiento constituyó la explotación más importante de mercurio en Asturias, cuyo beneficio perduró durante unos 130 años. Aún hoy día es visible el viejo castillete muy deteriorado.
El campo minero de El Terronal-La Peña, ubicado a poco más de un kilómetro al norte de Mieres, ha constituido el entorno mercurífero asturiano más notable y sobre el que se desarrolló el mayor laboreo regional del metal líquido.
El primer registro para mercurio (“azogue”) en Asturias fue presentado el 26 de septiembre de 1838 por el canónigo de la Catedral Manuel García Argüelles; se ubicaba en el paraje de La Peña. Sin embargo, al fallecimiento del clérigo se produce un largo litigio entre sus herederos, por lo cual la demarcación de las pertenencias de la concesión “La Peña” no se pudo realizar hasta el 12 de junio de 1843.
Por entonces, en este ámbito trabajaban dos empresas: La Unión Asturiana, que aprovechaba este yacimiento mierense con producciones de 4.000-4.500 quintales de cinabrio al mes (unos 960 frascos/año), y El Porvenir de Asturias, con explotaciones que abarcaban desde El Terronal a La Peña, con una producción del orden de la mitad que la anterior.
Hacia 1872 la empresa El Porvenir comenzó a profundizar el pozo La Peña y en 1908 se hizo cargo del mismo The Oviedo Mercury Mines, siendo sustituida por Astur Belga en 1947 que recuperó las labores. El viejo castillete y la maquinaria de extracción de este pozo fueron sustituidos en 1953.
El mineral se distribuye en seis cuerpos conglomerático-brechoides (denominados Esperanza, Aumento a Peña, Brecha Nueva, Peña 1, Peña 2 y Stol) dispuestos con una morfología lenticular según una compleja estructura anticlinal, dentro de la serie estratigráfica del Carbonífero productivo (Grupo Sama).
El cinabrio se reparte de forma irregular –tanto disperso como en filoncillos– encajado en los mencionados niveles conglomerático-brechoides. Se aprecia una mayor concentración de mena con el incremento de materia orgánica y carbonatos en la matriz detrítica. Además del sulfuro principal, aparecen otros de forma ocasional (metacinabrio, pirita, esfalerita, galena, estibnita, marcasita) y, excepcionalmente, Au nativo.
Carlos Luque Cabal y Manuel Gutiérrez Claverol
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