Puente de Reicastro

Para dar salida a su producción fue preciso construir un ferrocarril de vía ancha de unos tres kilómetros de longitud desde el empalme con la línea León-Gijón en el apartadero de Reicastro hasta el lavadero de carbones de La Cuadriella.

A pesar de su longitud, su recorrido era prolijo en obras de fábrica, especialmente muros de sostenimiento y puentes. El más importante de ellos, con una luz de 60 metros, era el destinado a cruzar el río Caudal en las inmediaciones de Reicastro.

Construido para vía única, está formado por una viga de celosía Linville apoyada en estribos de sillería. Presenta la peculiaridad de que su tablero se sitúa aproximadamente a la mitad de la altura de los cuchillos, cuando generalmente se localiza en la zona inferior o superior de estos. Fue instalado en 1893 por Fábrica de Mieres y podemos atribuir su diseño al ingeniero Jerónimo Ibrán.

Prestó servicio durante casi un siglo, hasta la clausura definitiva de la línea en 1990. Unos años antes, con motivo de las obras de construcción de la nueva carretera nacional, su rasante hubo de ser modificada para ganar altura, por lo que su estructura fue suplementada con unas vigas verticales colocadas sobre los estribos.

Ya fuera de servicio, ha sido utilizado como paso peatonal lo que requirió su completa restauración, cuando fue pintado con el color gris claro que presenta en la actualidad. Con motivo de esa intervención se eliminó una pasarela añadida en el costado sur.

Son varios los valores patrimoniales que concurren en él. Por una parte, es uno de los elementos más distintivos de la red ferroviaria de Hulleras del Turón y también visible por encontrarse en un punto muy transitado. En segundo lugar, presenta una estructura muy original que además es una magnífica muestra de la ingeniería local que comenzó a desarrollarse durante los años finales del siglo XIX, con Fábrica de Mieres como una de las constructoras de puentes más notables del panorama español.

Guillermo Bas Ordóñez