Transportes
La historia de Ribadesella ha estado siempre condicionada por la de su puerto, que desde finales del siglo XVIII sufrió importantes transformaciones encaminadas a su modernización.
En este espacio se conserva un valioso conjunto patrimonial en el que destacan dos edificios generados en las décadas de los treinta y cuarenta del siglo pasado, la lonja del pescado y el mercado de abastos, a los que hay que sumar la única fábrica de conservas que permanece en pie, la de la sociedad Hijos de Carlos Albo.
El edificio de la lonja se concibió como un conjunto de gran desarrollo horizontal con distintos volúmenes, cada uno de los cuales albergaba una función. El espacio destinado a sala de subastas se destaca en altura al contar con una galería superior que se abre al exterior con una sucesión de óculos. El resto de los volúmenes se destinan a oficinas, fábrica de hielo y naves para almacenes. Se otorgó un tratamiento diferenciado a las dos fachadas principales: en la abierta al puerto destaca el cuerpo central de planta semicircular y en la que mira hacia la villa luce en grandes caracteres la función del inmueble.
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