Antigua Rula de Llanes

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Antigua Rula de Llanes

Llanes

Situada a pie de puerto, la antigua Rula de Llanes es un soberbio edificio racionalista que, inaugurado en abril de 1936, fue concebido para la recepción y subasta del pescado. Como un buque asentado en tierra, la lonja conjuga planta poligonal y curva generando, con su desarrollo en dos alturas, un acompasado juego de volúmenes. Su cuidada concepción se debe Joaquín Ortiz García, arquitecto municipal de Llanes y, al igual que ocurre con otras significativas mejoras acometidas en las infraestructuras portuarias en los años treinta, detrás de la obra se situó ingeniero director del puerto José María Aguirre.

La rula venía a reemplazar a un pequeño edificio que, inaugurado en 1917, desempeñaba las funciones de depósito y puja de la pesca; sus reducidas dimensiones -  apenas alcanzaba los veinticinco metros cuadrados -  insuficientes dotaciones y otros problemas técnicos y de gestión, habían forzado su sustitución. Así, la planificación de la lonja de Ortiz va a responder a un racional diseño, aspirando a lograr la máxima eficiencia y dar respuesta a las necesidades higiénico-sanitarias que la conservación de la pesca demanda. En el espacioso interior de la lonja se dispone una sala destinada a la puja y al depósito. Las galerías, organizadas en altura, reservadas a los compradores, permitirían ver la mercancía y entrar en la subasta. Completaban las dotaciones de la rula básculas, cámara frigorífica, máquina fabricadora de hielo y equipo electrónico para su control.

El inmueble, erigido en la margen derecha de la ría, junto a la curva del muelle, se eleva sobre una plataforma de hormigón sustentada en apoyos de hormigón armado. En cuanto al tratamiento exterior, en la composición de fachada alternan líneas rectas y curvas, remate en azotea, paramentos enfoscados y pintados en tono gris de acabado rugoso. Se introducción diversas tipologías de vanos, entre ellos, los óculos abiertos en la fachada proyectada hacia el mar.

Tras la rehabilitación del edificio, en el 2015, la antigua rula reconvertida en oficina turística, se mantiene por fortuna como uno de los más singulares elementos del patrimonio portuario llanisco.

Natalia Tielve García

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