Transportes
La empresa belga Solvay es conocida sobre todo por la fabricación de productos químicos y su establecimiento en nuestro país se inició con la apertura de una planta en la localidad cántabra de Barreda. Con el fin de proveerla de combustible, compró también varias concesiones mineras en el concejo de Siero, que explotó desde la primera década del siglo XX. La salida del mineral se realizaba mediante un ramal de vía métrica que enlazaba en la estación de Reanes con la línea de Económicos de Asturias.
Para prestar servicio en ese recorrido, la empresa adquirió en 1909 una locomotora a la firma alemana Henschel que llevó el número 2. Esa casa había suministrado otra máquina a Barreda algún tiempo antes, lo que justifica su matrícula. Es un ejemplar típico de los diseños industriales alemanes de esa época, con tres ejes acoplados y el tanque de agua en el bastidor.
Su cometido era el remolcar los trenes con material vacío o suministros que se dirigían al lavadero de Minas de Lieres y, en sentido contrario, descender con los convoyes de mineral. No era una tarea fácil debido a la fuerte pendiente de la línea, que exigía una gran pericia al maquinista a la hora de manejar el freno para evitar accidentes.
Se mantuvo en servicio hasta comienzos de la década de 1980, lo que la convirtió en una de las últimas locomotoras de vapor activas en Asturias. Después de algún tiempo apartada, fue depositada en las instalaciones de FEVE en Oviedo, llegando incluso a valorarse su restauración, que finalmente no se llevaría a cabo. Por último, fue cedida al Museo del Ferrocarril de Asturias, donde se encuentra actualmente.
Tiene la peculiaridad de que, por su buen estado, no ha sido sometida a ningún tipo de restauración, sino que se encuentra tal y como fue recibida. Sorprende el color de sus tanques y cabina, marrón virado al púrpura. Es fruto de un capricho, pues reproduce el pelaje del toro favorito de un antiguo director de la empresa, que ordenó que la máquina fuese pintada en el mismo tono que el animal.
Es el único elemento superviviente de la red ferroviaria de Lieres, lo que la convierte en una pieza de alto valor centro del patrimonio industrial asturiano.
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