por Javier Gancedo
Maestro Industrial. Trabajó 36 años en ENSIDESA donde ejerció de Oficial en el Taller Mecánico y años más tarde transformaría la Biblioteca de la factoría en el Centro de Documentación de ENSIDESA que dirigió entre 1990 y 2010.
El trabajo del hierro señala el despegue definitivo de la revolución industrial en Asturias. Pronto se le unirán fábricas que desarrollarán el trabajo sobre otros metales, configurando una Asturias de las chimeneas cuyos ejes serán las cuencas mineras, Gijón y la comarca de Avilés.
A finales del siglo XVIII la instalación de los hornos Volcán e Incendio en la Fábrica de Armas de Trubia, a los que se pretendió alimentar mediante la producción del horno de coquización montado por Casado de Torres en Langreo, supusieron el primer gran intento de instalación de una siderurgia industrial y moderna en Asturias. Habrá que esperar, no obstante, a la creación de las grandes plantas de Pedro Duro en Langreo y la de Numa Guilhou en Mieres en la segunda mitad del siglo XIX para que la industria del hierro conozca una definitiva eclosión, tras las diversas iniciativas que, con mayor o menor éxito, las precedieron.
Aunque el cambio del hierro al acero supuso una cierta decadencia de las fábricas asturianas frente a las vizcaínas, estas consiguieron mantenerse en el negocio diversificando su actividad- hacia el carbón como en el caso de la Duro- o especializándose en determinadas facetas- como, por ejemplo, hacia la ingeniería en Fábrica de Mieres que complementaron su objetivo prioritario.
La pérdida de valor del factor de localización impuesto por el carbón frente a las importaciones hizo que aparecieran plantas siderúrgicas costeras, como la de Moreda- Gijón, que están en la base de la creación por parte del INI de ENSIDESA en Avilés a fines de la década de 1950, que acabaría integrando la obsoleta y descapitalizada siderurgia regional. Hoy en manos de Arcelor-Mittal, la planta avilesina- gijonesa es la única siderurgia integral de España.
Pero no toda la industria metalurgia asturiana estuvo centrada en el hierro y el acero. En efecto, la metalurgia del zinc- desarrollada por la Real Compañía Asturiana de Minas en Arnao desde 1858 y aún en activo en manos de Asturiana de Zinc- o la del aluminio, ENDASA- también del INI- entre Avilés y Gozón, suponen los hitos de un proceso industrial de enorme envergadura y trascendencia. La siderurgia y la metalurgia hicieron que el carbón asturiano encontrara su necesario desarrollo y lugar, y el patrimonio que nos han legado posee un extraordinario interés e intensidad.
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