Dentro de ellas se incluyen desde transportes especiales hasta distintas labores de mantenimiento, fabricados en un pequeño número y a menudo poco vistos por el público. El resultado es una colección muy diversa de la que el Museo del Ferrocarril de Asturias custodia varios representantes.
Entre ellos encontramos los vehículos de transporte de piezas pesadas, conocidos por el vocablo británico “truck”, como el construido en 1901 con destino a la Fábrica de Armas de Trubia, donde transportaba bloques utilizados la construcción de obuses. Para ese cometido, dispone de tres ejes muy próximos que permitían distribuir mejor la carga.
Otro cometido especializado era la comprobación de las básculas para el pesaje de vagones, tarea crucial en el tráfico carbonero y conocidos como contrastes o contrastadores. Buen representante de este género es el originario de Fábrica de Mieres, transformado en la década de 1960 a partir de un antiguo vagón de mercancías.
Una labor relativamente habitual dentro de la explotación ferroviaria era la intervención en caso de accidentes. A tal efecto se disponen vehículos de auxilio provistos con las herramientas necesarias para intervenir ante eventuales percances. La amplia red de ENSIDESA tuvo su propio furgón de socorro, pintado de un llamativo color amarillo con bandas negras y posiblemente de construcción artesanal.
Finalmente, el propio mantenimiento de la infraestructura utiliza distintos vehículos tanto remolcados como autopropulsados. Dentro de estos últimos encontramos la simpática Dresina VG 6090, conocida con el sobrenombre de “Piolín” por su color amarillo, empleada en los desplazamientos del personal adscrito al servicio eléctrico de la Rampa de Pajares. Fue construido por la empresa madrileña FAVIAS, especializada en la fabricación de microtractores agrícolas, y equipado con el motor de un automóvil Seat.
Guillermo Bas Ordóñez
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